Ciclo menstrual
El periodo que pasa entre el
primer día de una regla y el primero de la regla siguiente se denomina ciclo
menstrual. Nuestro ciclo menstrual es habitualmente de 28 días, pero se
considera normal que dure entre 21 y 35 días. Durante el ciclo menstrual,
nuestro cuerpo se prepara para un posible embarazo. En un ciclo menstrual de 28
días podemos diferenciar dos partes de más o menos 14 días cada una de ellas.
Durante estas dos fases podemos pasar del decaimiento a la euforia o de la
inapetencia sexual a una subida de la libido. Estos cambios son debidos a las
variaciones cíclicas de dos hormonas, los estrógenos y la progesterona.
Gracias a esta actividad
hormonal el endometrio se descama cada 28 días, apareciendo la regla y, vuelve
a regenerarse después.
Desde el primer día de la
regla hasta el día 14 aproximadamente, nuestro cuerpo queda inundado por los
estrógenos. Durante esta fase el óvulo acaba de madurar y es expulsado del
ovario. Esa expulsión es la ovulación. El óvulo comienza a desplazarse a través
de la trompa de Falopio que lo conduce hacia el útero. Alrededor de estos días,
si un espermatozoide fecunda un óvulo y éste se adhiere a la pared del útero se
inicia un embarazo. La primera semana, las defensas y la energía se resienten,
mientras que la regla nos libera de la incómoda retención de líquidos de los
días anteriores. Los últimos días de la regla son ideales para iniciar una
dieta. La segunda semana se caracteriza por un tremendo subidón de la energía.
Los estrógenos mejoran la calidad de nuestra piel y del cabello. La
hiperactividad se refleja en que nos cansamos menos y rendimos más. La
ovulación está cerca y la libido se dispara.
La segunda mitad del ciclo,
del día 15 al 28. Durante esta segunda fase los cambios que se suceden suponen
la aparición de un cierto estado de debilidad. A lo largo de este período se produce
un aumento de la progesterona que empieza a los 2 o 3 días de la ovulación.
La tercera semana del
ciclo menstrual, la progesterona nos produce nerviosismo, reseca la piel y nos
incita a comer más. Hay que aprovechar estos días para intentar quemar más
adrenalina, para que nos tranquilice, yendo al gimnasio o practicando nuestro
deporte favorito. Y es que, hasta que nos llega la regla, la progesterona se
adueña de nuestro cuerpo. La cuarta semana y última semana del ciclo, el
síndrome premenstrual nos puede provocar angustia y decaimiento físico. La
acumulación de líquidos puede hacernos engordar algún kilito y provocar algunas
molestias digestivas como son sensación de pesadez, hinchazón, náuseas o
estreñimiento. Afortunadamente la llegada de la regla conlleva la desaparición
de estas molestias por lo que resultan un alivio. La regla es el punto de
partida del siguente ciclo.